Calcular el gasto energético es un paso importante en la rutina diaria del dietista a la hora de determinar estrategias nutricionales y elaborar menús para los pacientes.
Estimando el gasto energético, podemos definir la cantidad necesaria de calorías que una persona debe consumir diariamente para mantener su peso y composición corporal, permitiéndonos manipular la ingesta entre déficit y superávit calórico. Disminuir o aumentar la composición corporal y realizar los cambios necesarios en función de los objetivos del paciente.
Alimentación del bebé: 0-12 meses
Ya sea que elija alimentar a su bebé con leche materna, fórmula o ambas, las necesidades nutricionales de su bebé deben ser su principal prioridad. Durante el primer año de vida, la mayoría de los bebés pesan al menos el doble de su peso al nacer. Durante este tiempo se produce un crecimiento tremendo, sin mencionar el desarrollo del cerebro. Todos estos cambios en el cuerpo de su bebé requieren el combustible adecuado.
Desde el nacimiento hasta aproximadamente los 6 meses, se recomienda que a su bebé solo se le dé leche materna o fórmula especial. Esto le ayudará a obtener las grasas, proteínas y otros nutrientes que necesita. Cuando su bebé es amamantado, obtiene los nutrientes que necesita de la persona que lo amamanta.
Por este motivo, es importante que esta persona se encargue ella misma de la alimentación y complemente la dieta con los nutrientes que el niño necesita. ¿Qué es exactamente este nutriente?
Hidratos de carbono
Los requerimientos energéticos se reducen principalmente por los azúcares simples de rápida absorción (glucosa, lactosa, fructosa), por lo que se recomienda reducir ligeramente la ingesta de hidratos de carbono o hidratos de carbono y mantenerla lentamente. Azúcares absorbidos, almidones (largas cadenas de glucosa y otros azúcares simples). A pesar de todo, debería representar entre el 55 y el 60% de la ingesta calórica total.
El agua se considera un nutriente esencial para mantener el metabolismo y sigue siendo vital incluso para los adultos mayores a pesar de la disminución del contenido de agua corporal. Lo ideal es consumir al menos 2 litros de líquido (agua, zumo, caldo, infusiones, etc.) al día, pero suponemos que esta cantidad es muy difícil de conseguir debido a la reducida sensación de sed. Es deseable al menos 1,5 litros.
Resultados de aprendizaje
Estudiante:
Describir los procesos fisiológicos que intervienen en el control y mantenimiento del gasto energético.